jueves, 25 de agosto de 2011

¿Quién se ha llevado mi hidrógeno?

Vale, admitámoslo, la crisis energética ya está aquí. Yo por lo menos tengo crisis energética. Antes solo tenía de la otra, pero creo que ahora me he apuntado ésta también.

De un tiempo a esta parte he venido notando un dolor agudo de bolsillo y unos comportamientos obsesivos compulsivos que antes no tenía. Por ejemplo, para ilustrarlo un poco: mi casa parece una cueva. No es que esté sucia, ni mal decorada, simplemente es que de día se ve pero de noche no. Vivo sumido en la oscuridad, por no encender la luz. Si me dejo muchas luces encendidas en como si escuchara el siseo de una mecha... Me siento como si estuviera cometiendo una pequeña herejía que merece el castigo de los dioses de Endesa. Igual que dejar los electrodomésticos en standby (...) Y también evito coger el coche si no es necesario. Sí. Antes parte de mi ocio era ir de aquí para allá, ver sitios nuevos. Ahora no.

Es curioso porque gasto menos y sin embargo cada vez pago más. Y más, y más... ¡¿Pero que me estás contando?! Si hasta he puesto bombillas led en mi casa. No de bajo consumo, no... L-E-D. Que gastan tan poco que casi me tendrían que pagar ellos a mi. Un choriceo en toda regla, a golpe de subidas de precio.



Y recuerdo haber oído hablar de una inminente revolución del hidrógeno, que iba a cambiar la forma en la que vivimos. El hidrógeno se iba a convertir en la nueva forma de acumular y transportar energía a nivel global. Junto con las energías renovables iban a ser el combo ganador. Tan ganador que iba a hacer prosperar incluso al tercer mundo y a acabar con el elitismo: Agua + electricidad = hidrógeno, y viceversa. La energía que no aprovechase la red de suministro se podría acumular. Todos los países con viento, sol, mareas, etc. se iban a poder apuntar al carro.

Lo que vengo a decir es que hace ya como 6 años que se empezó a hablar de lo que parecía ser el principio de una nueva era. Grandes empresas como General Motors afirmaban estar acumulando conocimiento y tecnología para prepararse para lo que está por venir. Otras afirmaban estar desarrollando pequeñas baterías para aparatos electrónicos que prometían autonomías asombrosas.

A día de hoy aun no tenemos ni una triste pila de hidrógeno en el Carrefour, ni vemos un triste coche de hidrógeno por la calle. Y encima el gobierno les corta el grifo a las renovables. Para una oportunidad que tenemos de destacar en algo a nivel internacional, vamos a dejar que los demás nos saquen ventaja (y mucha). ¿Por qué se nos va a conocer ahora?¿Por el AVE?

Llegados a este punto me surgen dudas... muchas dudas:
  • ¿A que nuevo escenario nos estamos moviendo?
  • ¿Tanto cuesta crear una tecnología asequible basada en el hidrógeno?
  • ¿Cuánto tiene que subir el precio del combustible para que sea viable el cambio?
  • ¿Cuanto poder tiene la mano negra de las energías fósiles para frenar el futuro?
  • ¿Permitirán los políticos y las empresas establecer un marco para que la gente de a pie puedan ser productores, como afirman los gurús?
  • ¿Si tan importante... por que no se potencia más la investigación a nivel estatal?¿A que están esperando?¿A que no podamos pagar el diésel y nos hagamos 50km en un puto patinete para ir a trabajar?
Sí, amigos sí. O las empresas tienen una visión a muy largo plazo... o nos han querido vender como visión lo que en realidad era un espejismo, y aun estamos muy lejos del verdadero oasis.

No hay comentarios: